Ya no le queda ni la mitad de su nombre
El rostro lo tiene partido en dos.
Tiene cicatrices en el color de sus ojos,
no tiene ni un recuerdo;
no hay ni risas ni llantos.
Le digo, desde algún lugar, que toda su vida me ha causado heridas.
El rostro lo tiene partido en dos.
Tiene cicatrices en el color de sus ojos,
no tiene ni un recuerdo;
no hay ni risas ni llantos.
Le digo, desde algún lugar, que toda su vida me ha causado heridas.