viernes, 9 de septiembre de 2011

David.

/Tendría que haber encapsulado en un frasquito de vidrio esa voz… y haberte regalado miles de papelitos con letras azules…/

Hoy, Te entrego esa ventana con maderas azul marino que siempre quisiste para mí.

No dejes de recitarme, sea cual sea tu lugar, porque yo jamás borraré de mis pestañas la silueta de tus manos jugando con el viento.